Campeona de la apnea: la foca de Weddell.
- cientificaenbotas
- 13 oct 2020
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Nos desplazamos hasta la Antártida, en sus gélidas aguas, a 0ºC, y 100 metros de profundidad se vislumbra la silueta de un depredador al acecho. Es como si el tiempo se parara, notando como nos comprime la presión generada por la columna de agua sobre nuestro cuerpo pero, ¿qué me dirías si te contara que el animal que se atisbaba antes no sólo lo soporta, sino que lleva 10 minutos sumergido? Estoy hablando de la foca de Weddell, realizando una de las múltiples actividades de forrajeo que llevará a cabo a lo largo de la jornada.
Por hacer una comparación, se estima que la temperatura del océano Atlántico la fatídica noche del naufragio del Titanic era de aproximadamente 7,3ºC; reconstrucción obtenida a partir de los datos del primer reanálisis atmosférico del sigo 20 de la ECMWF (European Centre for Median-Range Weather Forecast).
Lamentablemente, todos sabemos lo que lo ocurrió a Jack durante ese "cálido" baño en apenas unos minutos...
Por otra parte, un humano medio soporta 3 minutos bajo el agua en reposo y 90 segundos en actividad, aunque el record de apnea dinámica sin aletas es de 226 metros de profundidad y de 11 minutos 35 segundos en el caso de la apnea estática. Pese a que estas últimas cifras parecen de otra dimensión, lo cierto es que son un paseo para la foca de Weddel (Leptonychotes weddellii), cuyo límite máximo es de 40 minutos y 600 metros de profundidad.
La fisiología de este animal es digna de estudio, y así lo consideraron también Laurence Irving y Per Fredrik Scholander, quienes realizaron los primeros experimentos de buceo forzado en el laboratorio con este magnífico ser vivo. A través de una plataforma, a la que ataba a las focas, las introducían en una piscina mientras registraban la frecuencia cardíaca, cambios en el sistema circulatorio y otros parámetros. No obstante, los datos resultantes de sus mediciones eran desproporcionados, como consecuencia de una respuesta forzada. Es por esto que la respuesta real sólo se obtuvo a través del seguimiento de estos animales mediante dispositivos de registro durante meses, recabando información de lo que ocurría in situ. Gracias a esto se advirtió que: la mayoría de buceos son inferiores a 20 minutos y no suelen sobrepasar los 100 metros, entre otras cosas.
La primera idea que puede llegar a nuestra mente es que almacenan más oxígeno en su organismo y, por tanto, tienen más depósitos de los que disponer que otros seres vivos. Dichos almacenes serían la sangre, el músculo y los pulmones. En los dos primeros casos la foca de Weddell presenta mayores reservas, especialmente en el músculo, sin embargo, los grandes buceadores como las ballenas o las focas no se sumergen a gran profundidad con sus pulmones llenos de aire, sino tras una espiración. Aunque resulte contradictorio lo cierto es que a esa distancia de la superficie los alveolos colapsan y el oxígeno que hubieran retenido se desplazaría al espacio muerto en el que no podría darse el intercambio gaseoso; además, unos pulmones llenos de aire dificultan la inmersión.
Conclusión: esas reservas de oxígeno son insuficientes para mantener un buceo totalmente aeróbico o, lo que es lo mismo, suplir el consumo de oxígeno necesario en esas circunstancias.
Entonces, ¿cómo lo hacen? a través de una combinación de ajustes fisiológicos:
AJUSTES CIRCULATORIOS
Al sumergirse en el agua se produce una bradicardia (ralentización del ritmo cardíaco), propia de todos los vertebrados, junto a una vasoconstricción arterial. Esta última restringe la llegada de sangre a los órganos más insensibles a la baja disponibilidad de oxígeno, mientras la mantiene en los órganos para los que es vital, como el cerebro y el corazón. Esto implica que en los tejidos más resistentes a la falta de oxígeno se lleva a cabo un metabolismo anaerobio y, consecuentemente, se genera ácido láctico. La concentración de este producto de fermentación no aumenta por encima de los niveles de reposo hasta sobrepasar los 20 minutos de buceo, lo que permite establecer el límite de buceo aerobio (ADL). Esto significa que la mayor parte de los buceos son aeróbicos.
ALTERNANCIA EN LA FORMA DE LOCOMOCIÓN
Combinan momentos en los que están nadando con otros en los que se deslizan en el agua, reduciendo el gasto de energía.
DISMINUCIÓN DE LA TEMPERATURA
Que es mayor cuanto más profundo se encuentra L. weddellii, lo que también permite un ahorro energético.
ALTERACIÓN DE LA FRECUENCIA CARDÍACA
La bradicardia explicada anteriormente no se mantiene en el tiempo, sino que está principalmente asociada al descenso de la superficie. No obstante, al localizar una presa, para poder capturarla se produce un incremento del ritmo cardíaco precedido de una arritmia.
El resultado es un animal perfectamente adaptado a su entorno, llevando la eficiencia de su organismo al máximo exponente, que repite lo que para nosotros es una proeza fisiológica, en múltiples ocasiones, con el pasar de las horas de un día. Un ser vivo excepcional a proteger y admirar.

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